EL BONO DEL MUDUVI TRUNCA SUEÑOS

A comienzos de este año Alexis Fernández y su esposo, Remigio Hidalgo, iniciaron la compra de una casa teniendo como ayuda el publicitado bono de la vivienda de US$ 5.000 que entrega el Estado, por intermedio del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (MIDUVI) para edificaciones de hasta $ 60.000. Entre los planes habitacionales existentes optaron por invertir en la urbanización Bosques de Castilla porque allí encontraron el inmueble de sus sueños: tres cuartos, comedor, baño, cocina e incluso un área de recreación para los hijos; les iba a costar 56.000 dólares. La inmobiliaria definió que la cuota de entrada iba a ser de 11.000 dólares, valor que incluía el bono del Estado y la diferencia (US$ 6.000) debía ser pagada por ellos en abril de este año. Así, la casa les iba a ser entregar en febrero del 2012. Hasta ahí todo marchaba normal. Hace un mes el Gobierno anunció que el bono del MIDUVI se mantenía en 5.000 dólares, con la diferencia de que el precio tope de las casas ya no iba a ser de 60.000 sino que bajaba a $ 45.000. Fue cuando comenzó el "calvario". Alexis recibió una llamada de una empleada de la inmobiliaria, quien le indicó que el papeleo -que estaba casi por terminar- iba a tener que esperar, porque no sabían bajo qué políticas se van a dar los bonos. El problema no es aislado. La situación se repite en varias inmobiliarias donde hay cientos de ingresos de solicitudes para la compra de viviendas. Constructores y promotores inmobiliarios también están preocupados. Jaime Rumbea, presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios del Ecuador (APIVE), asegura que los proyectos habitacionales no son hechos de un día para otro, sino que llevan un proceso de planificación y muchos de ellos estaban enfocados para que sean aplicables al bono. "El Gobierno está en toda la potestad de modificar sus programas, lo cual es respetado. El único requerimiento que tenemos es que se cambie para las aplicaciones venideras y que las actuales no se afecten." Expreso, 28 mar. 2011, p. 7