miércoles, 18 de abril de 2012

SALARIOS PÚBLICOS / Pozo, Mauricio

Los servidores públicos deben ser justamente remunerados. Los salarios deprimidos actúan como una suerte de riesgo moral, pues distraen del correcto proceder a empleados que no les alcanza su ingreso para cubrir sus gastos. No es justificación el bajo ingreso para participar en actos reñidos con la moral y la ética, pero sin duda se les debe reconocer lo que se merecen, sin que ello genere distorsiones. Esto se refiere a que, si el aumento salarial del sector público es superior al crecimiento de la economía, se está cometiendo un error, pues hoy día se podrá cubrir porque el petróleo y la suerte nos ayudan, sin embargo, se pone en riesgo la sostenibilidad fiscal futura y eso no es responsable. De igual forma, tomar de ingresos extraordinarios,llámese petróleo, e incurrir en gastos permanentes, llámese sueldos,también constituye una equivocación de política económica. Otro problema que debe destacarse es la abismal diferencia entre los sobredimensionados sueldos de determinados servidores públicos y sus similares en el sector privado. Dado que en la empresa privada existen propietarios y accionistas debidamente identificados, el manejo de los gastos no puede comprometer la solvencia y liquidez financiera de la empresa. Los riesgos deben manejarse y la permanencia de la empresa en el futuro es una prioridad. Los egresos en nómina deben ser sustentables con ingresos permanentes, no pueden rebasar el aumento de las ventas y deben siempre considerar el rendimiento del trabajador. Los incentivos entre ambos sectores para manejar sueldos son muy diferentes. Lamentablemente, los sueldos públicos se pagan con plata de todos los ecuatorianos y usando nuestro mayor activo, el petróleo. Hoy, 3 mar. 2008, p. A. 4

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