sábado, 16 de junio de 2012

LA RENUNCIA DE BRAVO / Hoy

La salida de Carlos Bravo de la AGD levanta una serie de interrogantes y dudas sobre la venta de las 200 empresas incautadas a la familia Isaías hace un año. Se ha vuelto ya común en el país que quien renuncia a un cargo, y lo hace por problemas en la gestión, deje una estela de sospechas en torno a los procesos que se encontraban bajo su responsabilidad. De ese modo, todo aparece envuelto en círculos oscuros y corrupciones. Esta práctica, ya común en el país, daña la ética pública. Bravo debió ser más claro en sus denuncias sobre "intereses ocultos" y "aves agoreras", o salir en silencio, con una evaluación objetiva de lo realizado y lo pendiente. Hoy, 13 jul. 2009, p.5

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