jueves, 28 de junio de 2012

SALARIO DIGNO, VIDA INDIGNA / Acosta, Bernardo

El Gobierno quiere que el ingreso de los ecuatorianos suba. Es una gran idea. Lástima que el mecanismo sugerido -aumentar los salarios por decreto- no solo que resultará inútil, sino que provocará múltiples perjuicios a la sociedad. La medida afectará de forma directa al grupo que se pretende favorecer: a los trabajadores con menores ingresos. Las empresas cuya facturación no les permita implementar un aumento salarial tendrán que cerrar. Los que hasta ahora ganan poco, pronto estarán comiéndose las uñas y ganando úlceras. Por otro lado, las empresas que sí puedan pagar salarios más altos y no enfrenten mayor competencia simplemente le pasarán la factura a sus clientes con un alza de los precios de sus productos, lo que contradecirá el objetivo inicial: aumentar la capacidad adquisitiva de la población. Quizá lo más preocupante de la propuesta sea el afán de resucitar la oxidada computadora soviética, supuestamente capaz de observar y medir el comportamiento de la sociedad, y por lo tanto encargada de determinar qué, cuánto y cómo producir, ¡y hasta el nivel máximo de utilidad!. Eso es lo que se pretende cuando se sugiere imponer un salario mínimo por empresa, basado en las respectivas utilidades. El "salario digno" aumentará el desempleo, la inflación y las importaciones, y reducirá la competitividad, el emprendimiento y la inversión; en definitiva, creará una calidad de vida indigna. El Comercio, 17 sep. 2009, p. 11

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