sábado, 30 de junio de 2012

TRANSFORMACIÓN ECONÓMICA / Orbe, Mauricio

La demanda es, sin duda, uno de los motores de la economía. Mientras las expectativas de los consumidores se mantengan positivas, los niveles de consumo impactarán positivamente en el resto de la economía, generando un incremento en los niveles de producción y, por tanto, en los niveles de empleo. Esto es cierto siempre y cuando, la capacidad de oferta no se vea afectada negativamente por un estímulo de demanda, por ejemplo, si se reducen los precios en una economía, el ingreso real de las personas será mayor; no obstante, para algunas empresas, los nuevos niveles de precios no serán rentables y, por tanto, podrían quebrar o simplemente dejar de producir, repercutiendo negativamente en el empleo. En este sentido, algunas de las propuestas del gobierno actual, aunque interesantes, deben buscar la manera adecuada de ser implementadas en la economía ya que, pueden ser el origen de un deterioro profundo en la economía si no son adecuadamente planeadas y ejecutadas. Por ejemplo, el incremento salarial propuesto para alcanzar los niveles de la canasta básica en un hogar, es una alternativa que bien implementada impulsará el consumo y garantizará a las familias el acceso a bienes y servicios básico. Pero si no es adecuadamente implementada, podría repercutir en incrementos sostenidos de los precios si la oferta no puede responder al cambio de nivel de demanda, o podría resultar también en que una serie de empresas quiebren o salgan del mercado, generando un incremento en el desempleo. Es por ello que es necesario un análisis detallado de la propuesta y sus impactos a fin de definir los mejores mecanismos de aplicación. Dinero, Diario de Negocios, 5 nov. 2009, p. 2

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