PROMESAS SALARIALES SIN SUSTENTO / El Comercio

Enorme expectativa ha despertado el discurso del Jefe de Estado al tomar posesión de su cargo para el próximo período, especialmente en relación con las promesas relacionadas con sustanciales mejoras de los ingresos de empleados y trabajadores. El Presidente tiene razón al cuestionar la justicia social del concepto "sueldo mínimo". Por lo mismo, elevar los salarios de empleados y trabajadores hasta niveles de dignidad y satisfacción plena es una idea a la que ningún ciudadano podría oponerse, pero la sensatez indica que antes de tomar una decisión como esa es clave sincronizar la política laboral con una serie de decisiones macroeconómicas que permitan convertirla en realidad. Para eso es importante que haya sinceridad de las autoridades en cuanto a las verdaderas cifras del desempleo, de la inversión en la creación de fuentes de trabajo y, en general, de los resultados que arrojaron los dos años y medio de gestión en relación con el desempeño de la economía. El Gobierno, por tanto, tiene por delante una serie de decisiones que debe tomar de manera consensuada antes de decidir por decreto la mejora de salarios. Una actuación apresurada, sin un plan económico en marcha y que arroje resultados comprobables, puede resultar negativa y contraproducente incluso para quienes se desea favorecer. El Comercio, 13 ago. 2009, p. 10